Amando el gris

Hoy amando el gris me salió el sol

Un agujero azul en medio del cielo gris.

Una lluvia tan fina que más que caer se dispersa en el aire.

El corazón me despierta encogido soñando con olas gigantes que avanzan hacia mí.

Un nuevo amigo me da los buenos días con un saludo amable.

Un té reconfortante que disipa los malos sueños.

Un desayuno.

Un momento para escribir.

El día comienza lleno de pequeñas cosas, como todos los días a los que les nace la luz cuando pisamos firme el suelo.

Todo lo que miro con ojos nuevos nace ahora. Entonces ya no es un domingo más, es un domingo nuevo.

Ahora el cielo se abre y las nubes avanzan imperceptiblemente dando paso a un tímido sol, igual que avanza el día dando paso a la noche o como avanza la vida dando paso lentamente a las estaciones. Todo se mueve.

La vida brota bajo cada instante formando espacios en un cielo que ahora deja al sol brillar con fuerza y me calienta la frente, al mirarlo en un dulce momento de paz.

El mar, muy al fondo, va recogiendo claros de luz por aquí y por allá.

Ratitos de silencio que me animan a seguir conociendo el mundo sin palabras. Las cosas son siempre nuevas en el mundo de las cosas sin nombre. Hoy amando el gris me salió el sol.

Un abrazo,

Maite Bayona

P.d 1: Este texto lo escribí mucho antes de La Cazadora de instantes pero realmente tiene todo su espíritu. Si te gustó quizás te apetece echarle un vistazo al libro. 

Pd 2: ¿ Has tenido sensaciones similares a las que describo en el texto? ¿ Te gustaría compartir algún instante semejante, alguna pequeña cosa que te haya llenado el corazón? Si te animas a hacerlo, muchas gracias por compartir tus sensaciones conmigo más abajo.