Confucio escribió:
“Solo puede ser feliz siempre el que sepa ser feliz con todo”
Ayya Khema, una maestra budista, explicaba, en su libro La isla interior, un cuento sobre una trampa para monos en la que dentro había un caramelo.
El mono introduce una pata por una abertura para coger el dulce y queda atrapado. No se da cuenta de que soltando el caramelo quedaría libre y así el cazador llega y lo captura.
Ayya Khema afirma que a nosotros nos sucede igual que a esos monos, quedamos atrapados porque queremos que todo en la vida sea dulce como un caramelo. Nos aferramos a lo agradable y en cuanto algo se sale de lo previsto lo rechazamos, no tenemos la suficiente paciencia para esperar a que algo amargo se transforme con nuestra aceptación.
No resulta fácil ser feliz en apuros económicos, ante la enfermedad o ante la pérdida. Los retos que nos plantea la vida no son fáciles, si lo fueran no serían retos. Pero los que hicieron el camino antes que nosotros nos dicen que la clave está en no rechazar, no elegir, sino aceptar lo que llega con una actitud de curiosidad.
Intentar averiguar qué lección de sabiduría se esconde tras el malestar y la carencia.
Nuestro impulso inicial ante el malestar es la huida pero huir solo prolonga en el tiempo las emociones que queremos evitar como la ansiedad o el estrés.
Aceptar calmadamente las cosas las transforma rápidamente, negarnos ansiosamente a vivir lo que tenemos delante nos trae vivencias semejantes.
De nosotros depende soltar el caramelo para poder salir de la jaula, pero para que esto suceda primero tenemos que ser conscientes de los caramelos que aferran nuestras manos. Artesanía del amor es un libro que habla de los apegos y cómo librarnos de ellos y encontrar la libertad.
Un cálido abrazo,
Maite Bayona
Anímate a dejar tu reflexión abajo sobre tus propios caramelos… ¿ eres conscientes de los “dulces” que te tienen atrapado/a en la vida?
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